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"Parece que lo que hacemos en Internet es anónimo, pero en realidad deja una gran huella"

Actualizado: 3 dic 2020

Maitane Valdecantos / Abogada especializada en Derecho Digital y jefa de estudios del Ilustre Colegio de la Abogacía de Bizkaia


Ainhoa Zamanillo


Maitane Valdecantos lleva 13 años dedicándose a sus dos pasiones: el Derecho y la cultura. Siempre tuvo muy claro cuál era su vocación y desde su primer juicio a los 23 años se ha dedicado al Derecho Digital y Propiedad Intelectual. La bilbaína considera que es una materia para personas inquietas y a quienes no les importa estar en continuo aprendizaje, dos cualidades que le definen. Su alumnado sabe que es una carrera en la que no van a dejar de estudiar nunca, porque la tecnología está en constante evolución y los delitos digitales también.


Entendiendo que el Derecho Digital es una materia relativamente joven ¿La legislación española está adaptada correctamente al mundo de las nuevas tecnologías?


Sí, prácticamente. En los últimos 20 años el impacto de la tecnología ha acelerado tanto las nuevas creaciones como la necesidad de nuevo amparo jurídico, al no estar preparado para la digitalización que vivimos actualmente. Se han modificado muchísimas normativas entre las que destaca el nuevo reglamento en materia de protección de datos, porque la vulneración de esta protección es silenciosa. Si alguien te sigue por la calle te das cuenta, pero si alguien te persigue por Internet esa persecución es imperceptible. Por ejemplo, hay empresas tecnológicas que tienen totalmente perfilado nuestro comportamiento e incluso saben más de nosotros que nosotros mismos. Ese impacto es el que realmente se está intentando controlar.


¿Qué tipo de delitos son más comunes?


Digamos que los delitos digitales que más se dan son las intromisiones ilegítimas en derecho al honor y los comentarios lesivos en redes sociales. También nos encontramos con frecuencia con estafas informáticas, como puede ser el phishing o el pharming, y muchos delitos más. Hay grandes cerebros en el mundo pensando en hacer el mal y en cuanto les tapamos una vía, buscan otra para aprovecharse del desconocimiento de la sociedad.


¿Ha identificado algún perfil que sea más propenso a sufrir delitos digitales?


Yo creo que no hay. Si pudiera haber algún tipo de sesgo está exclusivamente en el conocimiento y la brecha digital. Es cierto que hay un perfil más atacado desde una perspectiva machista. Es decir, injurias y comentarios machistas que estoy segura que todas hemos sufrido alguna vez por nuestra condición de mujer. Este es el claro reflejo de una cultura todavía machista que tenemos que combatir.


¿El fenómeno de las redes sociales ha incidido en el incremento de los delitos digitales?


En realidad, lo que ha cambiado no es el delito, sino la forma de cometerlo, es decir, el delito sigue siendo el mismo. Los delitos de injurias e intromisiones ilegítimas en el derecho al honor ya existían. Lo que ha cambiado ahora es la forma de cometer el delito y también las consecuencias, porque cuando algo pasa a estar disponible en Internet, pasa a ser accesible para todo el mundo. Además, proferir comentarios injuriosos a través de redes sociales está sancionado con una pena agravada, precisamente, porque la difusión es muchísimo mayor y se produce un efecto multiplicador del daño.


"Si alguien te sigue por la calle te das cuenta, pero si alguien te persigue por Internet esa persecución es absolutamente imperceptible"


La autoría de estos delitos contra el honor o la privacidad de las personas serán complicados de identificar al aprovecharse del anonimato de las redes sociales. ¿Cómo obtenéis esas pruebas?


Parece que lo que hacemos en Internet es anónimo cuando realmente no es así, deja una gran huella. Por vía penal son las propias Fuerzas de Seguridad del Estado las que investigan quién está detrás del delito y, en general, se suelen conseguir sentencias condenatorias. El proceso se complica cuando la persona que delinque se encuentra fuera del Estado. En estos casos, se puede conseguir la retirada del contenido, pero encausar se convierte en algo más complicado.


Últimamente hay una gran tendencia en Instagram para la compraventa de productos. ¿Es realmente un sitio seguro o propicia las estafas?


Instagram en realidad no vende. Solamente hace publicidad y nos dirige a una página web de alguien o de una determinada empresa. Nuestro deber es informarnos. Es importante que tengamos un conocimiento previo como barrera de seguridad antes de darle al click y que podamos comprar en Internet, tal y como lo haríamos en la calle aunque con más cautela, porque evidentemente en la calle podemos volver al comercio. Tenemos que saber quiénes son, dónde está ubicada la empresa, cuáles son las políticas de devolución y de entrega y si se va a poder pagar a través de herramientas seguras como PayPal. Si algo nos parece extraño o el producto es extremadamente barato igual es que nos están estafando. Esta prevención tampoco implica que se vaya a eximir la posibilidad de que pase, pero hay algunas páginas que vienen con la lucecita puesta de que no es una buena idea.


¿Qué medidas deberían adoptar los internautas para evitar la ciberdelincuencia? ¿Hay alguna manera de frenar la cantidad de datos que quedan expuestos en redes sociales?


Para mí el uso de la tecnología no me parece ni bueno ni malo, pero me preocupa que la gente lo haga sin saber lo que supone. Necesitamos que se refuerce la educación digital desde la infancia para lograr personas usuarias informadas y técnicamente menos propensas a ser estafadas. La película de Men, Women & Children habla precisamente del impacto que pueden suponer las redes sociales en nuestra privacidad o en la exposición de las familias. Padres y madres suben la primera ecografía de sus hijos e hijas sin un conocimiento o una conciencia previa de hasta qué punto pueden impactar esas fotos.


"Es importante que tengamos un conocimiento previo como barrera de seguridad antes de darle al click y que podamos comprar en Internet, tal y como lo haríamos en la calle"



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